El d?a antes de la boda casi no pod?a respirar. El miedo y la ira se asentaron en mi est?mago. Pas? toda la tarde escondido en la biblioteca, acariciando la piel del reverso de esos libros que nunca volver?a a tocar. Me apoy? en los estantes y dese? poder huir, dese? poder gritar en voz alta a quienes eligieron ese destino para m?.
Mir? alrededor de los rincones oscuros de la biblioteca. Cuando mi hermana gemela Astraia y yo ?ramos peque?as, nos...