La historia de un arque?logo de Inglaterra en la ?poca victoriana que revela el misterio de las antiguas deidades sumerias... Fragmento del libro: ... William sab?a claramente que la expedici?n arqueol?gica que quer?a organizar ser?a, de cierto modo, una aventura. Al fin y al cabo, no solo hab?a dinero en juego, sino tambi?n su reputaci?n y credibilidad. La administraci?n del Museo Brit?nico ya se hab?a tomado demasiado tiempo para informar sobre su decisi?n. William estaba desesperado por conseguir financiaci?n del museo, pero su plan alternativo era conseguir la ayuda de un patrocinador particular. Un d?a, a la casa de los Adamson lleg? un hombre estadounidense, de ojos azules y un porte que irradiaban confianza, declarando que estaba dispuesto a invertir en la expedici?n a Uruk. Al principio, William qued? maravillado, hasta que su posible patrocinador expres? que su intenci?n era enviar todos los hallazgos de valor al extranjero y venderlos al mejor postor. William no ten?a nada en contra de las colecciones privadas; sin embargo, la presi?n del hombre comenz? a resultar inc?moda, y mir?ndolo m?s detenidamente, su apariencia era m?s la de un embaucador que la de un representante del Fondo Americano de Arqueolog?a. William prometi? reflexionar en la propuesta, pero, por fortuna, el Museo Brit?nico le envi? un comunicado expresando su aprobaci?n para financiar una futura expedici?n a Uruk. La noticia le devolvi? el entusiasmo a William; despu?s de tres largos meses, el Museo Brit?nico hab?a tomado una decisi?n. William se apresur? a compartir la excelente noticia con su hermana durante el almuerzo. Ella reaccion? con calma: -Estaba segura de que lograr?as ir a Uruk, ya fuera con o sin la ayuda del museo -dijo Alice-. Tuve un sue?o hace un par de noches... Una hermosa mujer de cabellos dorados se me acerc? y me dijo que encontrar?as artefactos que se sobrepondr?an a nuestros fundamentos tradicionales. Pero no te dije nada al respecto, sigues sin tomar en serio mi palabra. William sopl? la sopa en su cuchara antes de beberla. Luego respondi? -Gracias por tu apoyo, Alice, aunque sea tan... inusual. Alice sonri? con escepticismo y pens? -Pero no te cont? todo lo que vi en mi sue?o. Para qu?? Si de todos modos no me creer?as. Ve a Uruk, ah? descubrir?s que esta expedici?n cambiar? por completo tu vida...
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