Neg bamos el tiempo de todas las maneras posibles, ya fuera en los postulados de una escuela de Tl n o en las infames minifaldas tard as. Nadie nos habl sobre su trampa de aceleraci n progresiva ni nos advirti que los misterios rara vez contienen la felicidad que prometen. Al principio s lo neg bamos su transcurrir, hab amos encontrado infructuosos escondites en la trascendencia y otras estupideces similares, pero sab amos que no eran verdaderos...