Alberto no ten?a idea de d?nde estaba, pero estaba seguro de que no estaba muerto, pues el dolor que lat?a en su cabeza era casi insoportable. Se sent?a como papel usado, arrugado y tirado. Cada terminaci?n nerviosa de su cuerpo cruji?. Record? que el carruaje perdi? la direcci?n y sali? disparado del camino de tierra.
Trat? de moverse, pero su brazo se sent?a inmovilizado.
- Me alegro de que te hayas despertado. - murmur? alguien a su lado...