Cre amos entonces que no hab a raz n para preocuparse. Nosotros continuar amos con nuestras vidas como simples espectadores de esa otra dimensi n que para nada interfer a con los hechos y decisiones que afectaban el mundo de afuera y que nosotros nunca tom bamos en serio. Porque en este rinc n de la tierra que constitu a el pueblo de Segovia, desde nuestros inicios nos hab amos acostumbrado al aislamiento total de esa otra dimensi n sin que lo...