Salir de casa, navegar por tierra y aire y llegar a un sitio nuevo y extra?o que llamar?s hogar, y con todo esto, enfrentarte a caminos nuevos, personas nuevas, palabras nuevas, llagas nuevas que se rompen cada vez que el dolor y lo inh?spito se abre paso entre las situaciones diarias para sentarse sobre los hombros; o que descose la piel, el habla, el nombre.
Porque cuando se sale de casa, el nombre deja serlo y se convierte en vestigio, algo de lo que fuimos, algo a lo que nunca volveremos a ser, pero que sin embargo, siempre tendr? una m?nima ra?z de lo que fue nuestra casa. De esto es de lo que habla Aura Guerra-Artola en este poemario, de los caminos, de las costuras, de los llantos que se secan tras emigrar, y de la suerte ( por qu? no?) de poder escribir estos versos y poder llamar a los ni?os, ojos zafiro; a las heridas de infancia, costuras; y a las mujeres que son tocadas por la vida, dolorosas. Porque eso son las dolorosas: madres, hijas, hermanas, esposas, desconocidas que se paran, se rompen, se cosen y andan. Siempre andan.Related Subjects
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