BELTR N: Con bien vengas, hijo m o. GARC A: Dame la mano, se or. BELTR N: C mo vives? GARC A: El calor del ardiente y seco est o me ha afligido de tal suerte que no pudiera llevallo, se or, a no mitigallo con la esperanza de verte. BELTR N: Entra, pues, a descansar. Dios te guarde. Qu hombre vienes Trist n TRIST N: Se or? BELTR N: Due o tienes nuevo ya de quien cuidar. Sirve desde hoy a Garc a; que t eres diestro en la corte y l biso o. TRIST...