Braceando entre impedidos, adictos, abusadores y abusadas, M ximo Vega realiza un viaje equilibrado y ciego por las turbias aguas de la alucinaci n y el tedio; ausculta, disecciona, siente y resiente la desafecci n, la inquina y el maltrato con los que la turba va empozando esa masa oscura que s lo tiene precio y nombrad a a dos o tres columnas en la cr nica roja; narra y se narra, en una cr nica que nos envuelve a todos, nos revuelve con repugnancia,...