A trav?s de los a?os, la inmunolog?a ha evolucionado hasta destacarse como un pilar fundamental para el entendimiento de multitud de enfermedades. Si re-flexionamos detenidamente, comprobaremos que la inmensa mayor?a, sino todos los casos con los que nos enfrentamos diariamente tienen un componente inmuno-l?gico fundamental: infecciones, alergias, autoinmunidades, cuadros inflamatorios agudos y cr?nicos, vacunaciones, etc., constituyen el caballo de batalla coti-diano de los pediatras.
Gracias a estos avances, en las ?ltimas d?cadas la inmunolog?a cl?nica ha tenido un enorme desarrollo y, como consecuencia de ello, se ha incrementado de forma muy significativa el n?mero de enfermedades inmunitarias, infecciosas e incluso oncol?gicas que podemos diagnosticar y tratar. Un ejemplo lo constituye el vertiginoso cambio que se ha experimentado en el conocimiento de las inmunode-ficiencias primarias y secundarias, tanto de sus manifestaciones cl?nicas como en las posibilidades diagn?sticas y terap?uticas. Estos cambios hacen necesario que el profesional a cargo de pacientes con IDP se mantenga constantemente actuali-zado. Los avances en el conocimiento, el manejo y la sobrevida de los pacientes con inmunodeficiencias, as? como sus manifestaciones autoinmunes asociadas, requieren de profesionales con entrenamiento espec?fico en dichas ?reas, tanto en el ?mbito pedi?trico como en adultos. Por otra parte, y como pilar fundamental de la prevenci?n de enfermedades infecciosas en individuos inmunocompetentes e inmunodeficientes, contamos con la valiosa herramienta que constituye la vacunaci?n.