Esta novela tiene, entre otras muchas, dos grandes virtudes aparentemente contradictorias. La primera, interior, es el modo de adentrarse en las profundas aventuras del alma, algo que pocas veces se hab a hecho as hasta entonces (1901). La segunda, constituir un verdadero retrato del Madrid de principios del siglo XX. "En las p ginas de Huella de almas (...) se traslada a la novela la vida de esas familias madrile as que todos tropezamos en las tardes...