Solemos asociar la palabra hogar con atributos positivos como la seguridad, la tranquilidad y el afecto. Pero esa fachada tan arm nica puede dar lugar a equ vocos. En el interior de muchas de nuestras viviendas, plagas de la m s diversa ndole -tangibles o intangibles, reales o imaginarias, frontales o sutiles- se alimentan de nuestros miedos, infectan nuestra salud emocional y roen los cimientos de nuestros v nculos interpersonales. Prueba de ello...