En medio de la noche, descalzo y sudoroso, Buda Sakyamuni sale de su templo excavado en la roca en el desolado centro de Kusinagar. Es 12 de septiembre y esa es la ciudad por la que eligi? morir. Pocos habitantes y pocos edificios, un templo h?medo y casi inutilizable donde estar solo contigo mismo y luego, finalmente y de repente, sin nadie.
Lentamente, caminando con dificultad, camina por el camino oscuro -tierra desnuda llena de piedras y restos...