La elocuencia naci en las Rep blicas, porque all fue necesario persuadir a unos hombres que no se dejaban mandar: all se conserv siempre estimada, porque en aquella forma de gobierno era el camino de las dignidades y de las riquezas. ste fue el m vil para que en aquellos estados populares se honrase, no s lo la elocuencia, sino todas las dem s profesiones propias para formar oradores, como la pol tica, la jurisprudencia, la moral, la po tica, y la filosof a.
Mas si entramos a considerar el plan de esta obra, vuelvo a decir, que el principal fin que se propone es la an lisis de los rasgos magn ficos y dichos sublimes, que en todos tiempos y pa ses han granjeado o sus autores el renombre de elocuentes. As me ci o precisamente a los principios generales de la elocuci n oratoria, como puntos adaptables al gusto, uso, e inter s de un mayor n mero de lectores, y dejo por impertinentes las otras partes de la ret rica. sta se ense a en las aulas, y en stas se forman los ret ricos; pero los hombres que han dominado a los dem s con la fuerza de su palabra, se han hecho en el mundo entre la pasi n de emular la gloria de los ilustres oradores, y la necesidad de seguir su ejemplo para defender la virtud, la verdad, o la justicia.
Contenido:
- Pr logo
- Introducci n
- Tratado de la elocuci n oratoria: De la dicci n, Del estilo, De la exornaci n de la elocuencia
- Ap ndice: De algunos lugares oratorios propios para la elocuci n