Para Simeone, fue el comienzo de un nuevo trabajo. Para Merdeith, otro d a de rutina en el trabajo. Para ambos, una reuni n casual que dejar a a los dos anhelos el uno por el otro en las pr ximas semanas. El seducir es la inmensa cantidad de qu mica y les gusta que se den cuenta que comparten. El problema es que Simeone est al final de una relaci n y Meredith est comprometido. Ninguno se siente apreciado o entendido por sus respectivos c nyuges y anhela algo m s profundo. Vea qu sucede cuando demasiado so ar despierto conduce a un drama que cambia la vida en el volumen 1 de esta serie de 3 partes.Como siempre, su fantas a er tica estaba haciendo lentamente su trascendencia del pensamiento a la realidad, de la imaginaci n a ..."Oh Dios ..." pens Elaine en un estado de p nico. Estaba sucediendo de nuevo. Las mejillas bien definidas de Elaine se enrojecieron de verg enza cuando sali de su silla de cuero giratoria y se meti en el ba o. Una vez dentro, r pidamente cerr la puerta con llave. Cerrando los ojos, Elaine esperaba que la oscuridad le permitiera aferrarse a la ltima fracci n de la fantas a que hab a iniciado esta feliz reacci n. Sin embargo, como con todos los viajes mentales y las abstracciones, la imagen se disip y surgi la frustraci n que siempre sigui . Agradecida por la privacidad, con la espalda apoyada firmemente contra la puerta, Elaine exhal una mezcla de ansiedad y euforia. Este gumbo emocional tuvo que ser liberado. Fue embriagador y Elaine necesitaba desesperadamente su sobriedad para volver para poder terminar su trabajo. En cambio, sin embargo, el ensue o estaba volviendo. Elaine se rega y se disciplin a s misma. O al menos ella lo intent . Esa voz ubicua de la raz n le estaba recordando que no hab a manera de que ella permitiera que un hombre tuviera tanto poder sobre ella, especialmente considerando que la relaci n no era m s profunda que algunos cumplidos calculados, charlas de trabajo b sico e imaginaciones apasionadas. Record ndose a s misma por qu hab a entrado en el ba o en primer lugar, Elaine meti la mano en sus bragas de sat n humedecidas, sobre la mancha bien cuidada de delicados vellos p bicos y sobre sus labios. Ella sacudi la cabeza y se sonri a s misma con verg enza inocente. Lo hab a vuelto a hacer. l hab a hecho su orgasmo sin el menor toque de una mano, solo una transmisi n de energ a sexual y emoci n. Ech ndose un vistazo a s misma en el espejo, se ech a re r sin control, primero internamente y luego en voz alta, ya que no pod a controlar la risa alegre. Lo m ximo que pod a hacer era amortiguarlo con sus manos ahuecadas."Este hombre ..." pens Elaine mientras se quitaba las bragas por completo, las envolv a en toallas de papel y las met a en la papelera. "Welp, ah va otro par." Ella sonri y comenz a lavarse las manos. Mirar en su propia imaginaci n era tentador, pero mirar su reflejo en el espejo era vergonzoso. Su reflejo reflejaba su realidad, su meditaci n meramente sus deseos. El rostro de su amante mental hab a sido reemplazado abruptamente por el hecho de que su novio causaba una cascada de verg enza que inundaba su esp ritu. Esto fue divertido, incluso emocionante, pero peligroso y lleno de culpa. La realidad era que ella ten a un hombre en casa. La situaci n no era perfecta, pero ninguna lo era, y sin importar de qu lado estaba su relaci n en ese momento, el hecho era que ella estaba en uno
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