Imag nate de pie en la orilla de un gran lago mirando hacia un horizonte despejado. La Luna est moderadamente alta y proyecta una l nea brillante sobre el agua, claramente alineada contigo.
El autor considera situaciones tan comunes como la luz de la luna sobre el agua y la luz del sol sobre la nieve para demostrar que nuestra posici n es crucial: cuando nos movemos, nos siguen brillantes reflejos especulares sobre un fondo difuso.
Una de nuestras condiciones habituales es estar inmersos en la radiaci n, pero lo que vemos est limitado por el espectro visual, a una sensibilidad de aproximadamente una d cima de segundo, y por nuestra posici n. M s que limitaciones, estas nos proporcionan un marco en el que podemos navegar, examinar y reflexionar sobre el mundo. El autor considera los fen menos, generalmente aceptados, de la luz de la luna sobre el agua y la luz del sol sobre la nieve para demostrar que nuestra posici n es crucial: cuando nos movemos, nos siguen brillantes reflejos especulares sobre el fondo difuso.