En las oficinas, acodado contra la saliente de un ventanillo, sobre el cual pintaron con negro la palabra JORNALES, recoge los suyos un hombre de piernas recias y ancha espalda. Bajo la chaqueta, se dibujan poderosos los m sculos del b ceps; los de la pantorrilla se apelotonan tras el remendado pantal n, poni ndole a punto de estallar, cuando las piernas hacen firme. La cabeza del minero, embutida en el semic rculo que traza el ventanillo apenas descubre...