No construy un barco de salvaci n porque crey en la advertencia que Dios le dio sobre el advenimiento de un diluvio devastador y tard menos de cien a os en completar su obra. Mois s construy el Tabern culo en el desierto tal como se le dijo, porque si no lo hac a, Dios no morar a entre ellos, y termin su obra en un a o. Los constructores que restauraron el Templo de Salom n que hab a sido destruido por los Babilonios demoraron en terminar su obra por 22 a os pero, finalmente lo acabaron. Todos trabajaron con un modelo que fue provisto por el Se or. La Iglesia no es una excepci n sino que tambi n se le dej un patr n para guiar su construcci n. Hemos estado bajo la Directiva del Supremo Arquitecto y Constructor mismo casi por dos mil a os. Sin embargo, hemos fracasado en cumplir Su plan eterno de construir Su Morada Espiritual. Porque este descuido tan desprovisto de entusiasmo y celos por la obra del Se or? No nos damos cuenta de que estamos rest ndole importancia a la obra m s grande y trascendente de Dios en la historia de la humanidad? En "Edificando la Casa de Dios", el lector conocer algunas de las razones que explican este abandono. Sabr que el Se or nunca pens hacerlo por su cuenta, que l es un 'constructor' y que su contribuci n a la obra de Dios es indispensable. Como parte de un equipo de centenares de millones de personas de toda naci n, lengua y grupo tnico l est colaborando para edificar la obra m s grande jam s prevista, es a saber, la edificaci n de la Iglesia Eterna.
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