Lo vi transformarse en otra persona, en un santiam?n. En alguien sin el optimismo mesurado que siempre le caracteriz?, en alguien sin esa sonrisa capaz de iluminar cualquier circunstancia, en alguien al que se le extravi? ese ma?ana por el cual desbordaba alegr?a y entusiasmo. Se convirti? en un algo, no s? decirte qu?, que se mov?a atrapado entre el peque?o espacio que hab?a entre su cuerpo y sus pensamientos.