Cuando un lobo y un tigre juegan en el bosque...
El Campamento apesta. Yo debería estar en un avión a Londres, dirigiéndome a un épico segundo año de universidad. En lugar de eso, estoy atrapada en la Montaña del Lago de los Sapos, encargada de supervisar a una horda de adolescentes hormonales, todo porque tuve unos pequeños encuentros con la ley.