Dios conoce nuestras limitaciones, por eso ha enviado Su Santo Esp ritu a vivir en nuestros corazones. Sabe de todas nuestras batallas, por eso ha puesto dentro de nosotros al mismo que resucit a Jes s de los muertos, para que podamos ganarlas. Sin la ayuda del Esp ritu, habr situaciones que no seremos capaces de enfrentar, retos y desaf os que no podremos superar y un nivel de efectividad que no llegaremos a revelar. Pero teniendo una amistad ntima y profunda con el Esp ritu Santo, somos impartidos de un nivel de fuerza, poder, gracia y sabidur a que de ning n otro modo pudi semos llegar a obtener, porque el nico modo de recibirlo es con la ayuda y el respaldo que solo el Esp ritu Santo, puede otorgarnos.