Cuando nosotros vemos nuestras vidas, y las vidas de los dem s, podemos escuchar palabras de a oranzas, que dicen: "Yo lo ten a en mi hogar; El sabor es igual al de mi hogar cuando era ni o/; Este aroma es igual al de mi hogar; En mi hogar hab a estos valores y etc. Es como que queremos volver a ese lugar, a esas ense anzas, a esos aromas, sabores. Pero en realidad, el coraz n tiene necesidad de algunas de estas cosas. Como seres humanos, tenemos...