INTRODUCI N POESIA MAS NICA Sin duda que escribir una obra no es cosa f cil, mucho menos lo es escribirla dirigida al selecto p blico de los francmasones. Digamos que el autor, en este caso debe tener el tino suficiente de vislumbrar, de cierta manera, aquello que podr a estimular en su constante di logo interior, al obrero que eventualmente tome el libro en sus manos. Pues hay un fuego sutil que arde en el esp ritu del librepensador...