Me sub al sof para ver mejor, entreabr la ventana de la sala que daba a la casa de Mayra, pero tratando de esconderme un poco para que no me pudieran ver desde la calle. (...) ah estaban los dos, Mayra y Guille, bes ndose como si se fuera a acabar el mundo. Qu suerte tiene Mayra , ah est ella, dej ndose querer por esas manos y dej ndose besar por esa boca, c mo no saliera su pap a poner un poco de orden Qu injusta la vida y pensar...