Por todas partes ca an proyectiles, que alzaban columnas de agua salada. Y los aviones, rugiendo en el cielo humeante, se abat an como p jaros hambrientos, ametrallando a todo lo que quedaba a su alcance.
Miedo de enfrentarse a la muerte? No, p nico, terror, locura
Algunos soldados rezaban. Otros lloraban sin l grimas. Y los hab a que eran incapaces de mover siquiera un dedo, por tener sus miembros agarrotados; se ve an aferrados a sus armas, con los nudillos d los dedos blancos.
Sesenta hombres, de ellos s lo quince veteranos. Los restantes era la primera vez que entraban en combate. Sin embargo, el miedo se repart a equitativamente entre veteranos y biso os; los unos, por instinto natural, y los otros, por experiencia.