A La Deriva es una novela realista/simb lica en la mejor tradici n europea. Es una novela realista en el mismo sentido que Guerra y Paz de Tolstoy lo es: la saga de una naci n en un momento oscuro de su historia, as como la saga de una familia durante la m s profunda crisis suya. Es una novela simb lica en el mismo sentido que Monta a M gica de Thomas Mann o Peste de Albert Camus lo son. Es una novela que trata de las ltimas cuestiones de valor, para el individuo as como para la sociedad humana, en la cual el instinto del individuo por sobrevivir se mide con sus lazos humanos y sus responsabilidades familiares y sociales. Se puede comparar con tales novelas y se defiende bien. Hasta en el virtuosismo estil stico y en el jugueteo ling stico, tales como se muestran en la Cuarta Parte, son evocativos de la mejor tradici n establecida por maestros europeos como Joyce, Beckett, y Nabokov.
La trama realista de la novela es bastante sencilla. Un joven rebelde izquierdista en un pa s gobernado por una dictadura, est desaparecido, seg n cabe presumir capturado por la polic a secreta, torturado y matado. Nada de extraordinario. Es un evento que ocurre por rutina y a diario en docenas de pa ses. Pero en este caso el revolucionario es el hijo del presidente del Tribunal Supremo del pa s y el sobrino de un ministro de Gabinete, s mismo un ex revolucionario arrepentido. Y por si esto fuera poco, a la familia se le ha mandado anunciar p blicamente que la v ctima muri en un accidente de circulaci n, y entonces enterrar un ata d vac o con pompa y solemnidad y con cobertura amplia de la prensa, para suprimir los rumores sobre la desaparici n y la muerte. La acci n psicol gica de la novela consiste en los efectos de la desaparici n y de la muerte sobre la familia de la v ctima, el padre, el anciano presidente del Tribunal Supremo, la madre divorciada, el t o, y el hermano de 16 a os, que es el protagonista ir nico de la novela.