Estos cuentos los escrib?, en su mayor?a, de madrugada. Motivado casi
siempre por la ansiedad, casi la misma ansiedad que se siente al saber que no
se vivir? el tiempo suficiente para leer todo lo que uno quiere. Impulsado por la
necesidad de dejar algo plasmado, aunque sea en algo tan fr?gil como lo es el
papel, algo que los d?as borrar?n m?s r?pido que otras cosas que
indefectiblemente tambi?n caer?n en el olvido. Un capricho. Tambi?n...